El eccema es una inflamación que afecta a las capas más superficiales de la piel. Se manifiesta generalmente en forma de placas enrojecidas y picor. En los eccemas agudos predominan además las vesículas y la producción de una superación acuosa que conduce a costras. A medida que se hace más crónico y no es tratado de forma adecuada aparece el engrosamiento de la piel, la descamación y la pigmentación de la piel.
Es un problema de la piel muy común que afecta a todos las edades. Diferentes cuadros dermatológicos conducen a la aparición de eccemas incluidas la dermatitis atópica, la dermatitis seborrea, las dematitis de contacto alérgicas e irritativas, dermatitis infecciosas, etc.
El otoño y el invierno acostumbran a ser meses donde aumenta la incidencia de eccemas debido al frío y las adversas condiciones climáticas.
Estos son mis dos consejos para controlar el eccema:
1. Ante un problema inflamatorio de la piel que no responde al tratamiento prescrito, evite el rascado y consulte con un dermatólogo lo antes posible.
2. La mejor forma de prevenir los eccemas es mantener una piel bien hidratada (uso regular de cremas hidratantes en piel seca).